Los Besos de Mamá lo Curan “Casi” Todo

Los besos de mamá son la mejor medicina para las lágrimas, para el miedo por la noche en la cuna, para los cólicos, para los arañazos en las rodillas o para los días de fiebre y resfriados. Ese gesto cargado de vitaminas emocionales tiene “casi” el mismo efecto que un antibiótico.

  • A medida que el bebé crece y se desenvuelve ya poco en contextos más próximos como puede ser la casa, la familia, la guardería o la escuela infantil, va encontrarse con los primeros retos y las primeras dificultades.
  • Lo creamos o no, esos besos que les ofrecemos después de cada caída, o cuando los recogemos en la guardería recibiéndolos con un largo abrazo y decenas de besos, es un modo de educar en fortaleza.
  • Porque ningún niño se malcría al sentirse amado, al sentir en su mejilla los besos de mamá. Es una caricia emocional y un modo de reconfortarlos, de hacerles saber que pase lo que pase, siempre estaremos con ellos, aliviándolos, haciéndolos reír, atendiéndolos y haciéndolos sentir seguros en cada paso.

Sabemos muy bien que llegará un día en que vean con incomodidad esas muestras efusivas de afecto. Sin embargo, recuerda, es mera apariencia. Un beso furtivo y sin que lo esperen cuando tienen 11 o 12 años también es medicina para ese adolescente.

Porque no importa que sus preocupaciones e inquietudes sean entonces un poco más complejas, en el fondo, todo adolescente y todo adulto seguirá siendo un “niño” necesitado de afecto. Así que no lo hagas, no lo dudes ni te reprimas: educa con besos, son la mejor medicina para el corazón.