En la búsqueda por mejorar los tratamientos contra los diferentes tipos de cánceres, varias investigaciones han determinado que en la naturaleza existen muchas sustancias con un fuerte poder anticancerígeno y la gran ventaja de no producir efectos secundarios negativos.
4. Semillas de albaricoque
Los albaricoques contienen una cantidad importante de vitamina B17, cuya acción en el cuerpo tiene un efecto anticancerígeno. Esta vitamina no solo sería buena para prevenir con éxito la enfermedad, sino que podría ser muy beneficiosa para los pacientes que ya la están padeciendo.
Para tomar estas semillas lo que se debe hacer es romper el hueso utilizando un martillo. A continuación se come solo la semilla en forma de almendra que se encuentra en el interior.
Pero ojo, la fuente de vitamina B 17 han de ser los albaricoques, ya que los suplementos que venden en el mercado no contienen las enzimas y cofactores que estas semillas pueden proporcionar. Para disminuir su sabor amargo basta con mezclarlas con una pizca de nuez moscada, cebada cruda o coco rallado.
¡Para tener en cuenta!
Todas estas semillas han demostrado tener una acción anticancerígena, pero aún no se ha podido determinar que puedan curar como tal el cáncer.
Por lo tanto, su consumo regular se aconseja como método de prevención o complemento del tratamiento de la enfermedad.
Además, en todos los casos se deben tomar bajo supervisión médica y en cantidades mínimas, ya que algunas podrían tener efectos negativos si se toman de forma excesiva.
Dejar una contestacion